viernes, 8 de agosto de 2008

Familia trinitaria


Al ser la comunidad icono de Dios, se convierte ella en reflejo de la familia trinitaria, en donde el Padre engendra al Hijo en un presente eterno, en un darse y donde el Hijo es una receptividad eterna e infinita del amor del Padre, un recibir que implica un retorno al que da y de esta conjugación procede el Espíritu Santo como explosión del amor de Dios. En la comunidad, por este reflejo se desarrollan las dos dimensiones del amor, el que es recibido y el que es fructificado. El recibido, como situación de respuesta de la comunidad y sus integrantes a la gracia de Dios y el fructificado como movimiento fraterno de compartir.

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